Este año 2013 con más motivo, puesto que se cumplen los 250 años de la inauguración del Comunale así como el segundo centenario del nacimiento de dos de los más importantes compositores de ópera del siglo XIX: Richard Wagner (1813-1883) y Giuseppe Verdi (1813-1901). El Señor Rector y la Colegiatura disfrutamos de varias veladas musicales y comprobamos la afición de los boloñeses por el espectáculo operístico.
Este año, hemos asistido a cuatro representaciones. En febrero estrenamos la temporada, precisamente, con la obra de uno de los compositores homenajeados: Macbeth, de Giuseppe Verdi, estrenada en Florencia en 1847 y cuyo libreto está basado en la obra homónima de William Shakespeare. Los intentos de la primadonna por aportar fuerza a la obra contrastaron con la sobriedad que se eligió para el trascurso de esta tragedia basada en conjuras y tramas palaciegas, quedando algo deslucido el homenaje al compositor italiano. Todo lo contrario ocurrió con L´Olandese Volante, de Richard Wagner, donde la destreza de los intérpretes y la sorprendente puesta en escena conformaron una mezcla perfecta para desear un feliz doscientos cumpleaños al compositor alemán y proporcionar disfrute al Señor Rector, a los Colegiales y a todo el público asistente.
Después de las vacaciones de Pascua, acudimos de nuevo al teatro para la representación de Norma (Vincenzo Bellini, 1831), con una siempre conmovedora aria Casta diva. Por último, llegó el turno de Il Trionfo di Clelia, ópera de Christoph Gluck con la que se abrió el Teatro Comunale de Bolonia el 14 de mayo de 1763 y que, sin embargo, no causó una gran acogida entre el público, quizás debido (digámoslo así) a una originalidad excesiva en la escenografía y un nivel algo mediocre de los cantantes. Todo ello, humilde opinión de un Colegial que, al menos, disfrutó de la compañía del Señor Rector y el resto de la Colegiatura.
Tras finalizar cada una de estas veladas, el Señor Rector y su mujer, María, siempre tuvieron la amabilidad de invitarnos a un generoso aperitivo en su propia casa, para alegría de los Colegiales, en el que debatimos las virtudes y defectos de la representación y otros interesantes temas. Sin duda, la mejor manera de terminar una buena tarde de ópera.